Cinque Terre es probablemente uno de los lugares más encantadores que hemos visitado.
Este lugar es un parque nacional ubicado en la costa de Liguria, al noroeste de Italia. Al interior del parque se ubican Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso al Mare, cinco pueblitos que forman un pequeño circuito turístico, el que probablemente sea uno de los más populares de Italia, sino el más popular.
El atractivo de estos pueblitos radica fundamentalmente en la impresionante belleza escénica de la costa de Liguria y en el reducido tamaño de cada uno, lo que además les da cierta delicadeza y encanto. Cuando digo pueblito es porque realmente son pequeños, en general, no toma más de 1 hora recorrer cada uno, aunque se podría alargar a unas 2-3 horas si se recorre con mucha calma y parando en todas partes para apreciar las tiendas y paisajes. Lugares como Corniglia incluso pueden ser fácilmente visitados en menos tiempo porque literalmente son una calle y ya.
Los cinco pueblos están conectados por trenes, por un sendero que literalmente te permite ir de uno al siguiente caminando y por carretera. En el caso de los trenes, hay muchos servicios, varias veces al día, así que moverse entre pueblos no es problema. En el caso del sendero, se puede recorrer sin problemas, pero ojo que del primer al último pueblo es algo así como 6 horas de caminata. Además algunos tramos son un poco exigentes físicamente e incluyen remontar cerros y caminar varios kilómetros. Respecto a la carretera, el parque está pensado para ser recorrido a pie o en tren, luego la accesibilidad vía auto es limitada en general.
En cualquier caso la experiencia es tremenda, porque los pueblos realmente son de película. Vernazza es probablemente el más popular, lo cual se deja sentir en sus (pocas) calles absolutamente repletas de gente y en la estación de tren que bien podría pasar por un paradero del Transantiago. Este pueblo justifica su popularidad con un escenario muy atractivo, aunque de una sola escena y que se agota rápidamente. Monterosso es el más grande y se hace sentir, con un ambiente mucho más citadino que los demás, aunque aún muy pueblerino.
Personalmente Manarola y Riomaggiore fueron los que nos resultaron más interesantes y agradables. No excesivamente llenos como Vernazza, no demasiado pequeños como Corniglia, suficientemente pequeños para retener el encanto y suficientemente grandes para tener su propio carácter.
En general Cinque Terre es perfecto para el turista, está muy bien preparado para recibir a la horda de personas que se abalanzan día a día sobre la costa liguriana, es fácil moverse de un lado a otro y entre los 5 pueblos hay suficiente que ver como para tener algo que hacer todo el tiempo.
Definitivamente volvería, vale totalmente la pena, pero creo que no me quedaría más de un par de días. Dado lo pequeño del lugar, cualquier cosa mas que eso comienza a parecer un exceso, a no ser que los planes incluyan un día de hacer nada en la playa o algo similar.
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