Siguiendo con el especial navideño 2020 de la Cuchara Austral, hoy quería recordar que luego de visitar el mercado de navidad de Maastricht y enterarnos que los mercados navideños eran de tradición alemana, no podíamos más que dirigirnos a Alemania a comprobar en terreno la situación navideña.
Así que fuimos.
Inicialmente nuestro plan era visitar el mercado de navidad de Colonia. Nos habían contado que era uno de los más bonitos de la región, sino EL más bonito. Luego de un poco de planificación, decidimos que antes de irnos a Colonia haríamos una visita rápida a Düsseldorf puesto que nos quedaba “a la pasada”. Ambas ciudades eran conocidas como buenos lugares para visitar durante navidad y en general la gente hablaba maravillas de ellos.
Las expectativas eran altas.
Así que en una fría mañana, 10 días antes de navidad, hicimos los bolsos, llenamos el estanque y partimos camino a Düsseldorf a toda velocidad (especialmente en la autobahn).
[Interludio]: Zonas verdes
Tanto el centro de Düsseldorf como el de Colonia son “Zonas Verdes” o “Zonas de Baja Emisión“. Esto significa que en principio no se puede acceder al centro de la ciudad en auto. La idea es mantener el nivel de emisiones de CO2 dentro de la ciudad a un nivel bajo, al tiempo de reducir la congestión. Alemania no es el único país con zonas verdes en Europa, el concepto existe en varias ciudades grandes con distintos nombres.
Si a pesar de todo uno insiste en llegar al centro de la ciudad en auto, entonces hay que pagar un permiso: la famosa “viñeta verde”. El costo depende principalmente del tipo de vehículo, el tipo de combustible que usa y el año de fabricación. En fondo mientras más contamine más caro el permiso. Lo malo es que en la práctica todos lo tienen y la zona verde no significa nada.
Hurra por la ecología!
Aún así, si el turista regalón se pregunta ¿Cómo lo hago para llegar a la ciudad si voy auto y no tengo el permiso? ¿Tiro el auto por un barranco y tomo una micro? No señor. La solución se llama Park+Ride (P+R), o “estaciónate y anda” para los hispano-parlantes.
No confundir con “levántate y anda”.
Los P+R son estacionamientos ubicados convenientemente en las afueras del centro de la ciudad y al lado de estaciones de tren, tranvía y/o bus. La idea es que uno se va en auto hasta el P+R, estaciona el auto y toma el transporte público cómodamente. Así usted puede viajar cómodo y verde.
Ve que es fácil?
[Fin del interludio]
Ahí llegaron los turistas ratas a eso de las 11 am a uno de los P+R a las afueras de Düsseldorf. Dejamos la joyita estacionada y tomamos el tranvía 709. Tengo que decir que quedamos gratamente sorprendidos. Todo el sistema de los P+R funcionaba impecable y sinceramente era mucho más práctico y fácil que encontrar estacionamiento en el centro, además de ser notoriamente más barato que estacionarse en el centro.
Düsseldorf tenía varios mercados de navidad en diferentes parte de la ciudad (7 en total más un par de atracciones), pero todos en un espacio fácilmente caminable. Con celeridad nos hicimos de un mapa turístico donde aparecían todos y partimos. A diferencia del Magical Maastricht, el fuerte estaba en la oferta de comida y las figuritas navideñas (villas nevadas y cascanueces llevando la delantera). Algunos tenían juegos mecánicos, otros casi pura comida, otros muchos recuerdos, pero en general la tónica era que cada mercado tuviera su propio estilo, marcado principalmente por la decoración. En algunos la decoración era bastante elaborada y hasta elegante (si es que eso tiene sentido), en otros era simple, con harto plástico brillante, como de supermercado.
En casi todos la comida destacaba por lejos.
Diversas preparaciones de carne, papas fritas, completos, pretzels, panqueques, waffles, kartoffelpuffer, diversos tipos de salchichas y embutidos acompañados de pan, glühwein y chocolate caliente marcaban la pauta. Nosotros partimos probando un sandwich de pierna de chancho a cocinada a fuego lento que nos dejó impactados de lo rica que era (o talvez teníamos mucha hambre a esa altura del día). Luego nos decidimos a probar los kartoffelpuffer que parecían tan absolutamente ubicuos y bien recibidos por los locales que no pudimos no darles una oportunidad. Estos son una especie de tortilla o panqueque hecho de papa rallada que luego se fríe hasta que esté crujiente y se come con compota de manzana, mayonesa o mostaza. La verdad, le teníamos cero fé y resultó mucho más rico de lo que esperábamos. La combinación papa frita + manzana no nos sonaba para nada a ganadora, pero aprendimos que estábamos MUY equivocados.
Estuvimos prácticamente todo el día recorriendo los 7 mercados de navidad. Creo que los más interesantes eran Altstadt Markt, Handwerker Markt y Engelchen Markt. Por otro lado, los que me parecieron menos interesantes y menos navideños fueron los de Kö Bogen Martk y Shadow Markt. En estos la decoración era notablemente inferior, los puestos eran mucho menos atractivos y la experiencia en general era más fome.
Después de pasearnos por todos los mercados de navidad de Düsseldorf y ya cuando el día menguaba nos tomamos el tranvía de vuelta al P+R para recoger la joyita y emprendimos rumbo a Colonia para pasar la noche ahí y visitar los mercados de navidad al día siguiente.
En cuanto visitamos los mercados de Colonia nos dimos cuenta de la gran diferencia con el resto. Eran 6 esta vez (todos en distancia caminable) y francamente eran mucho más elaborados y densos en contenido navideño que cualquiera que hayamos visto hasta ese momento. Sólo había uno que se quedaba abajo en decoración y ambiente (el mercado del puerto o Hafen Weihnachtsmarkt). El resto era como si todo lo que los componía hubiera sido llevado a 11. La decoración era muy elaborada en puestos, entradas y pasillos, todo ricamente decorado y preparado para los visitantes. La oferta de recuerdos y comida era vasta, incluso abrumadora por momentos. Hasta la gente que atendía en los puestos estaba disfrazada con motivos navideños a tono con el mercado. En particular el mercado de la catedral (Weihnachtsmarkt am Dom) y el del centro histórico (Weihnachtsmarkt in der Altstadt).
El mercado del centro histórico era definitivamente el más navideño y prácticamente todo ahí gritaba navidad. El glühwein abundaba, los embutidos y las carnes asadas seguían, los waffles, los juegos navideños y música navideña completaban el panorama. Hacia el final del mercado había un escenario donde una pequeña banda de bronces tocaba rimbombantes melodías navideñas intercaladas con otras melodías clásicas. Por su parte el mercado de la catedral era probablemente el más concurrido y el más vistoso. Cientos de tiendas agrupadas a un costado de la Catedral de Colonia, todas cubiertas por una gigantesca malla de luces que daban la sensación de estar bajo un cielo estrellado. En el centro de todo un gran escenario donde se presentaban distintos espectáculos ad-hoc. Desde luego la comida, el glühwein y la decoración navideña abundaban.
Para ser sincero y con todo lo que me gustó la comida de Düsseldorf, siento que los mercados de Colonia eran insuperables. De todos modos, si algún día volvemos a pasar una blanca navidad, volvería a ambas ciudades.
Que bonito relato!. A nosotros nos encanta la Navidad , somos fans de los mercadillos alemanes y de otros muchos sitios. Estrasburgo, Basilea….. Cada año hacemos una “escapada” buscando el mejor , si alguien necesita ideas, os invito a pasar por mi blog. Saludos.