[LVM] Día 101 al 104 – Estambul

Estambul es la locura hecha ciudad. Una transmutación de esquizofrenia en forma de vida de una forma muy propia, bajo sus propias reglas y que de algún modo parece funcionar.

Sinceramente, creo que el frenesí y caos de Estambul no es comparable con nada de lo que hayamos visto ahora ni antes. No es que sea peor ni mejor, pero es tan diferente y único que en resulta difícil decir que se parece a algo más.

Si hago un poco de memoria, muchas partes del sudeste asiático eran caóticas, pero al mismo tiempo todas eran muy similares entre ellas. Cuando llegábamos a un lugar nuevo podíamos pensar “esto es el caos”, pero aún así se sentía familiar. Las mismas rutinas, la misma lógica, los mismos preceptos, las mismas formas. Beijing era caótico, pero su locura no resultaba demasiado diferente a lo que te encuentras en otras ciudades extremadamente pobladas. Nueva York es ciertamente frenético, pero su locura se sentía más bien como estrés generalizado.

Estambul es otra cosa.

Creo que describir a la ciudad como una gran feria es apropiado, pero muy poco preciso, Así partamos por decir eso, pero vayamos desgranando el asunto de a poco.

Es bueno partir diciendo que Estambul es una ciudad gigante, tanto en extensión como en población. Ostenta nada más y nada menos que 1.539 Km² de extensión (Santiago tiene 641 Km²) y una población de 15 millones de personas (Santiago tiene 6). Eso la hace la ciudad más poblada de Turquía y la más poblada de Europa, además de ser el centro histórico, cultural y comercial de Turquía (aunque no su capital). Cabe destacar que el tamaño y la población trae consigo una serie de problemas, inherentes de mega-ciudades, y de los cuales Estambul no se salva.

+1 en locura.

Luego es bueno seguir contándoles que la ciudad existe como centro urbano prácticamente de toda la vida. Como ciudad misma fue fundada con el nombre de Bizancio en el 330AC. Sin embargo, se han encontrado restos que indicarían que ya existía como centro urbano por allá por el 5500AC. Es decir, la gente lleva habitando este lugar por tanto tiempo que es difícil imaginarlo.

+10 en tradición.

Como tercer punto, la ciudad es y ha sido una de las más importantes del planeta por miles de años. Fue capital imperial por 16 siglos seguidos, cubriendo el Imperio Bizantino, el Imperio Romano y el Imperio Ottomano. Fue una ciudad clave en la expansión del catolicismo hacia oriente y luego una de las ciudades más importantes de La Ruta de la Seda.

Si todo eso no les parece suficientemente impresionante, póngalo en perspectiva: Londres y París fueron fundados por los romanos cerca del 50AC y han sido de los centros urbanos más importantes del planeta por los últimos 1000 años, Nueva York fue fundada en 1624 y ha sido una ciudad de relevancia mundial sólo en los últimos 70 años, Santiago fue fundada en 1541 y tiene menos peso que un paquete de cabritas.

Se las trae está ciudad.

Cuando estás en Estambul sientes que estás en el medio del mundo. Literalmente hay de todo, todos están ahí, todo está ahí. El incansable atractivo comercial a lo largo de la historia ha hecho de esta ciudad una amalgama de todo lo que te puedes encontrar en el mundo, donde literalmente todos los hábitos y costumbres han sido cultivados en algún momento. Quieres comer dulces? Acá hay 400 preparaciones diferentes de dulces tradicionales. Comida? Hay 300 formas de preparar cada alimento, imaginen cuántos platos puedes encontrar. Ropa? Las sastrerías de la ciudad tienen cientos de años de tradición. Cultura? Existen 2700 años de cultura y herencia en esta ciudad. La gente? Altos, bajos, rubios, árabes, morenos, etc.

La ciudad resulta fastuosa en todo sentido, literalmente tiene mucho de todo.

Así que decir que Estambul es como una feria creo que apunta en el sentido correcto, pero es simplificar la ciudad demasiado.

El comercio florece en cada rincón y prácticamente en todos lados hay un cierto frenesí. Las cosas se ven desordenadas al principio, pero luego te das cuenta que todo está bien organizado y en efecto funciona. La gran población local se mezcla con los millones de turistas llegan cada año (leyó bien, millones) en un caótico y simbiótico vals al ritmo del transporte público, el que es sorprendentemente eficaz y eficiente.

Por último, creo que lo mejor de Estambul es la comida. La historia cuenta que los sultanes siempre querían comer mejor y en consecuencia sus cocinas constantemente estaban inventando nuevas formas para preparar los alimentos y creando nuevos platos. Esto se ve reflejado sin matices en la oferta culinaria, la que es absolutamente inagotable. Kebabs, hummus y delicias turcas son solo la fachada, en esta ciudad puedes encontrar cientos de cosas más que probar, todo está en que atreverse a mirar.

Realmente Estambul es una ciudad incombustible a la que de seguro vamos a volver más temprano que tarde.

 

 

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