[LVM] Día 60 y 61 – Koh Tao

Por fin, después de Koh Samui llegamos a Koh Tao.

Habíamos tomado todos los medios de transporte imaginables y habíamos surcado exitosamente los cientos de kilómetros para ir de la costa oeste a la este de Tailandia.

Por fin estábamos en Koh Tao.

Lo entretenido de esta isla es que está considerada como uno de los mejores lugares del mundo para bucear y para aprender a bucear.

Ya que estábamos allí, teníamos que bucear.

La verdad, ninguno tenía mucha experiencia en buceo. Viviana una vez había hecho una bajada de buceo en Chile, donde lo único que había logrado era tener frío. Yo por mi parte lo más cerca que había estado del mundo submarino fue cuando vi Buscando a Nemo (Tiburoncin! Uh ha ha!!).

Nada de eso era problema, acá te enseñaban y aprovechabas de maravillarte con la imponente vida submarina de los alrededores. No había mejor lugar para aprender y como dice el jardinero “hay que aprovechar mientras podamos“.

En cuanto nos bajamos del ferry fue evidente que la isla es buceo y sólo buceo. La zona alrededor del muelle es un angosto corredor, donde apenas caben dos motos circulando al mismo tiempo, y está repleto de tiendas que ofrecen cursos y viajes a zonas de buceo. Según nos contaron, en la isla hay cerca de 70 escuelas de buceo, lo que resultaba muy elocuente sobre cuál era la atracción del lugar.

En Koh Tao es bastante común que la gente haga un curso de 3 días, luego de lo cual obtienes una licencia para bucear sin necesidad de un instructor, aunque con ciertas restricciones. Es así como sacar la licencia de conducir, pero en versión buceo. Por tiempo y plata decidimos hacer una versión más corta, de solo un día, donde te enseñan lo necesario para poder bucear, pero no obtienes la licencia.

Temprano en la mañana partimos con la teoría del buceo. La verdad no es nada del otro mundo, bastante simple e incluso intuitiva en varios escenarios. Teoría, prueba de equipo y traje de agua, almuerzo, reposar un poco y estábamos listos.

Hora de subirse al barco que nos llevaría a la zona de buceo junto con otras 30 personas. Cada uno en una etapa diferente, algunos haciendo buceo por primera vez, otros haciendo cursos avanzados, otros simplemente buceando, Koh Tao daba para todos los gustos.

Llegó la hora, a ponerse el equipo, traje de agua, plomos en la cintura, sentarse y ponerse la chaqueta con el tanque de aire, espalda bien pegada al tanque, inclinarse un poco y hacer fuerza con las piernas para ponerse de pie.

– Oye que pesa esto – le digo a Viviana mientras trato de encontrar algo de equilibrio con los 12 Kg de equipo encima y la veo en su propia batalla por ponerse de pie.

Ponerse la máscara, acomodarse las aletas, último chequeo, aire funciona, chaqueta funciona.

Pato al agua.

Debo reconocer que por un breve momento fue extraña la sensación, muy en el fondo esperaba hundirme como piedra con todo ese equipo, pero no. Ahí estaba medio hundido, medio a flote.

Recuerda lo que aprendiste! – me decía mi subconsciente.

Apretar un botoncito por aquí, ajustar una correa por acá, ahora sí, flotando como la gente. Algunos chequeos del instructor para ver si estábamos ok y partimos con ejercicios para aprender a moverse bajo el agua y para controlar la flotabilidad. Esto último fue particularmente sorprendente, porque daba la sensación de que siempre estabas en un delicado equilibrio, una bocanada de aire muy grande al respirar y te ibas para arriba como un globo. También es sorprendente la cantidad de aire que tienes que botar para hundirte.

Después de un buen rato tratando de dominar el asunto de la flotabilidad, estábamos listos para pasear bajo el agua.

Creo que increíble e impresionante son los únicos adjetivos que pueden hacerle justicia a lo que es el fondo marino de Koh Tao. Peces de todos colores y muchísimo coral, literalmente una imagen de revista de viajes.

Otra cosa entretenida de Koh Tao es que estaba lleno de españoles, lo que resultó muy agradable para darle un respiro al inglés. Acá nos hicimos amigos de Eli y Carlos, una pareja de Granada con la que conectamos súper bien.

Volvería a bucear en Koh Tao? Definitivamente, a ojos cerrados.

PS: Tal vez se estén preguntando por qué hay tantos lugares que parten con “koh”, por ejemplo Koh Phi Phi, Koh Samui, Koh Tao, etc. Eso es porque en idioma thai koh significa isla, luego Koh Tao es la isla Tao y así.

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