Koh Samui es una isla en la costa este de Tailandia, ubicada en el Golfo de Tailandia.
Para ser sinceros, nosotros pasamos por Koh Samui principalmente como un proxy para llegar a Koh Tao. Pasar por esta isla hacía el viaje desde Patong más corto, más barato y además aprovechábamos de conocer otro lugar.
Sin embrago, en nuestra breve estadía Samui resultó más agradable de lo que esperábamos. Nos quedamos en Lamai Beach, en la parte sudeste de la isla, y como Samui no era muy grande, resultaba fácil recorrer los otros pueblos de la isla. Eso siempre y cuando tuvieras como movilizarte ya que cada pueblo estaba a unos 10 km del siguiente.
Para moverse en Samui había 3 opciones: taxi, lo que resultaba bastante caro (por algún motivo los taxis acá eran camionetas 4×4 súper nuevas); songtaw, una camioneta con asientos en la parte de atrás y que funcionaban como micros; y el favorito de los niños, la motoneta.
Adivinen cual escogimos…motoneta, obvio.
Ahí partimos de nuevo, los Chuck Norris del turismo volvían a las pistas. Estuvimos un día entero recorriendo la isla en moto, principalmente visitando templos y eventualmente pasando por la playa.
Koh Samui es una isla principalmente budista, así que los templos que se podían visitar eran todos budistas. Nosotros partimos por Wat Phra Yai, también conocido como el Big Buddha Samui. Este templo está compuesto por varias estructuras, pero lo que destaca es un buda de 12 metros de alto, ubicado en la cima de un pequeño cerro.
Después partimos a Wat Plai Laem, un templo dedicado a Guanyin, la diosa de la compasión. Este templo resultaba bastante atractivo por lo colorido y por las gigantescas figuras de Guanyin y Buda que había en el lugar. Además las estructuras del templo simulaban estar sobre un loto gigante en una fuente, lo que le daba un atractivo extra.
Por último, cerramos el día de motoqueo pasando por Wat Ratchathammaram (también conocido como Wat Sila Ngu). Este templo es bastante inusual en comparación a todos los que hemos visto y es que todo acá es rojo, todo. Paredes, suelo, techo, por dentro, por fuera, todo rojo. Lo único que destaca con otro color es una figura dorada de buda en el hall del templo. Este templo me gustó particularmente, Y es que las zonas de sombra y luz sobre el rojo terracota hacían que los relieves de las paredes adquirieran un matiz interesante.
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