[LVM] Día 30 – La Gran Muralla China

Por lejos uno de los momentos más altos hasta ahora de nuestra travesía por Asia.

Creo que no hay mucho que decir sobre qué es La Gran Muralla China, probablemente todos habrán escuchado de ella, mal que mal es una de las siete maravillas del mundo.

De todos modos por si no han escuchado de ella, le cuento que La Gran Muralla China es en efecto una gran muralla que cruza el norte de China. Esta fue construida durante varios cientos de años por el imperio chino para protegerse de los ataques de los mongoles.

Los Trump de la antigüedad.

Ahí partimos nosotros, cual mongol, corriendo hacia la muralla. Íbamos con nuestra mochila cargada de provisiones (agua, galletas y pan con tomate) porque la travesía era larga la subida a la muralla intensa.

La muralla tiene una extensión de 21.000 km aproximadamente, luego es natural que uno no visite toda la muralla, sino que un pedacito nomás (a no ser que usted tenga tiempo y ganas de recorrer 21.000 Kms de muralla). Además no todas las secciones de la muralla han recibido mantenimiento durante los años, luego hay zonas en buen estado y otras no.

Nosotros fuimos a una sección que se llama Mutianyu, cuya gracia es que no está tan lejos de Beijing, esta en buen estado y no es tan concurrida, así que uno puede turistear tranquilo.

Como buenos turistas rata, decidimos ir por las nuestras y no contratar ningún tour que nos llevara. Lo logramos, pero para llegar allá sólo nos faltó subirnos a un burro y cruzar un río.

Lejos la cuestión oye.

Tomamos el metro, nos bajamos y tomamos una micro, una hora después tomamos otra micro y 20 minutos después estábamos llegando a la entrada, donde había que tomar otra micro y finalmente subir unas escaleras para llegar. Costó, pero llegamos igual.

Güichipirichi.

La muralla es súper impresionante, no hay otras palabras para describirla. Una gigantesca culebra que se arrastra por la cumbre de los cerros, la que alguna vez separó chinos de mongoles y manchurios.

Es bastante agotador recorrer Mutianyu porque tiene hartas subidas y bajadas, y es que en el fondo uno va recorriendo las cumbres de los cerros. Hay zonas que son extremadamente empinadas, tanto así que mientras subes algunos de los siguientes escalones te quedan a la altura del pecho y al alcance de la mano.

Mutianyu tiene varias torres de vigilancia dispersas a lo largo de la muralla y uno puede visitar los sectores que mejor le parezcan. A nosotros nos recomendaron recorrer la parte que va hacia la torre 1, así que recorrimos de la torre 6 a la 4 o 3, no lo tengo claro.

No quisimos seguir más allá porque estábamos cansados y además porque todo lo que sube tiene que bajar, y tarde o temprano íbamos a tener que volver y deshacer todo el camino ya hecho.

Por último, cuando volvimos al hostal sacamos las cuentas de rigor y el resultado fue alegre: fuimos y volvimos a Mutianyu por la mitad de lo que habría costado de ir en un tour.

Chúpate esa mandarina.

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