Fue algo más de una semana en Japón y creo que es imprescindible dedicar una entrada completa a comentar algunas de las maravillas y horrores de este particular pedacito de tierra.
Desde luego que podría hablar largo y tendido de los trenes y el metro, y la increíble puntualidad con que operan, pero eso es conocido y seguro que más de alguno de los amables lectores ya habrán leído o escuchado de ello.
También podría hablar sobre cómo la gente es extremadamente respetuosa del ambiente, de tu espacio y de cada persona, pero de nuevo, eso es historia conocida.
Así que me voy a saltar todo eso y voy a ir directo a las cosas pedestres que de algún modo me sorprendieron o me parecen dignas de comentar. Y voy partir mencionando lo abrigados que andan los japoneses, incluso en cuando hace calor.
Imagínense un día soleado, 30°C, y no ver a nadie en short y polera, de hecho ser el único cristiano en cuadras a la redonda con aspecto veraniego. Uno se pregunta qué está pasando.
Ante esto usted acotará “pero joven, es para protegerse del sol”, a lo que puedo responder que en efecto así podría ser, pero igual me parece como un exceso protegerse con pantalón, camisa, chaqueta, bufanda y a veces guantes. Además acá se estila andar con sombrilla, entonces más que el sol ya me huele como a que les gusta andar con harta ropa nomás. Desde luego, no eran todos los japos así, de vez en cuando uno se topaba alguno con camisa manga corta o polera, pero la mayoría andaba bien abrigado.
Otra cosa digna de comentar es el tamaño de las cosas y con esto me refiero a casas y autos principalmente.
El tema del espacio en Japón es historia conocida y es probable que ya estén pensando “joven, es obvio que todo es chico, no nos cuente esas cosas”, pero momento que no me refiero a eso.
Como pueden haber anticipado, acá todo es pequeño, los autos son más flaquitos de lo que estamos acostumbrados, las calles son bastante angostas y las casas pequeñas en general. Lo que me sorprendió en el fondo fue la distribución del acotado espacio, porque en general las piezas eran muy pequeñas, pero la cocina y el baño eran bastante grandes. Se podría decir que tenías más espacio para bañarte que para dormir.
Y esto último me lleva inevitablemente a referirme a los baños. Seguro habrán escuchado historias de horror de occidentales entrando a un baño al borde de sufrir una desgracia en los pantalones, sólo para encontrarse con un hoyo en el piso. Esas historias son ciertas, los baños tradicionales son un hoyito en piso donde uno hace lo suyo y listo. Tal vez también hayan escuchado historias increíbles de baños capaces de hacer todo tipo de maravillas mientras haces tú negocio, también son ciertas. Los japoneses han integrado todo tipo de tecnología para hacer de ir al baño toda una experiencia religiosa: asiento que se calienta para que a uno no le de frío, baño con bidet integrado que tira un chorrito de agua tibia cuando terminas, botones para emitir ruido de agua corriendo para que oculte los ruidos del negocio en curso, etc. Los japos realmente tienen algo con la hora de ir al baño.
Una cosa que me confundió un poco respecto a los baños es que el lavamanos, la tasa del baño y la ducha están todos en piezas diferentes. A diferencia de occidente, donde uno hace todo en un sólo que lugar, acá vas al baño en un lado, sales de ahí y te lavas las manos fuera de la pieza donde está la tasa.
La ducha por otro lado está en un lugar diferente del baño y es más bien un cuarto de baño, compuesto de 2 piezas (en serio), una para vestirse y otra para bañarse. Como si esto fuera poco, el lugar donde te bañas es usualmente una ducha y una tina separadas.
Sí amigo lector, uno se ducha fuera de la tina.
Para que se hagan una idea, en la zona donde te bañas hay una tina con una llave y al lado hay una ducha teléfono en la pared, fuera de la tina. El piso en esa parte tiene resumidero, entonces uno se baña como en el suelo abierto.
No sé porque en un lugar donde hay tan poco espacio, invierten tanto espacio en el baño.
La experiencia en el baño además permitía que te dieras cuenta de lo bajo que está todo, me refiero a lavamanos, espejo, etc. Yo no soy muy alto y prácticamente para todo tenía que agacharme o inclinarme casi en 90°.
Otras cosas que podría mencionar a la ligera es que hay muchos autos casi sin nariz, la cantidad de engrish (frases en inglés mal escrito o sin sentido) que puedes ver en la calle es altísima, te dan las gracias por todo y la bicicleta es ampliamente utilizada como medio de transporte por todos, niños y adultos, jóvenes y viejos.
Por último, quiero hacer una mención a la comida rápida japonesa, la que es excelente. Acá venden hamburguesas, pero nadie las pesca demasiado. Acá en concepto de comida rápido es comida normal, pero simple. Es como que en Santiago los negocios de comida rápida vendieran arroz con vienesas y puré con huevo frito. Acá es eso mismo, pero con comida al estilo de Japón.
Definitivamente un país para asombrarse, estar en Japón es una experiencia en si misma.
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