[LVM] Día 7 – Ciudad Colonial

La Ciudad Colonial es algo así como el casco histórico de Santo Domingo. La parte interesante de esto es que acá es donde se hicieron los primeros asentamientos españoles en América de mano del famosísimo fabricante de cuadernos y útiles escolares, Cristóbal Colón.

Dado eso, las atracciones que uno puede visitar en la Ciudad Colonial son cosas tales como la casa donde vivía Colón y donde fabricó sus primeros cuadernos, la casa donde vivió su hijo, la iglesia donde encontraron sus restos mortales, la primera iglesia de América, el primer fuerte de América, la primera plaza de América y básicamente el primero de todo lo que se le ocurra en América.

Siento que el asunto del “primero de América” lo sobrexplotaban un poco, haciendo que en el fondo se volviera tedioso, repetitivo y lamentablemente un poco ridículo. Llegó un momento en que prácticamente esperaba que nos presentaran el primer carrito de completos de América.

Algo que me sorprendió fue la cantidad de iglesias que había en este sector. En un tramo de algo así como 10 x 7 cuadras pude ver 5 iglesias y una catedral. Las primeras 5 iglesias y la primera catedral de América, obvio.

Los españoles no bromeaban cuando se trataba de propagar su fé.

Amén hermano.

Pot otro lado, al ver y visitar edificios tan viejos era entretenido ver cómo iba cambiando el uso de algunas construcciones a lo largo de los años. Por ejemplo, la primera casa de los Jesuitas (de América) había pasado de iglesia a universidad, luego a casa particular, a bodega, a lugar de venta de abarrotes y finalmente había terminado como mausoleo para los héroes patrios. Por su parte Cárcel Real pasó de cárcel a teatro, a sede de la sociedad independentista, a sede de la cámara de diputados, luego estuvo abandonada y ahora es un museo sobre la Catedral Prima de América. Le faltó burdel y casino para haber cubrir todos los tipos de instalaciones posibles.

Ni condorito había pasado por tanto.

Lo más triste es que todo esto que suena como algo que podría ser una gran atracción turística enfocada en la historia y la cultura, en la práctica no lo es. Es una atracción turística, pero bastante pobre y floja. En mi humilde opinión, creo que hay varios motivos para eso dentro de los que el principal es que todo pide a gritos mantención y una curatoría de buen nivel. El material está ahí, el sitio histórico está ahí, pero falta esa mano que le de orden y lógica a las exposiciones, que prepare textos e imágenes que le ayuden al visitante a navegar las historia desconocida y a poder apreciar la importancia de lo que está frente a sus ojos.

Lamentablemente al visitarla lo único que uno encuentra son museos poco interesantes, iglesias prácticamente sin nada que ver, casas de vital importancia histórica que no lo demuestran en lo más absoluto y en general lugares que a pesar de ser “el primero de América” están mantenidos como si fueran lo menos importante del continente. Contradictorio por decir lo menos en un país que vive del turismo.

Aún así, creo que vale la pena gastar 3 o 4 horas recorriéndola, así que eso hicimos.

Cuando decidimos irnos, pedimos un Uber y ahí empezó el momento aventurero del día.

Qué pasó?

A nuestro conductor se le acabó la batería del celular a medio camino y quedamos ahí en el limbo, en medio de la carretera. Nosotros sin saber cómo decirle a donde íbamos y él sin saber cómo llegar. Usted dirá: pero cómo puede ser Uber y no tiene cable para cargar el celular? Tenía el cable, pero estaba malo.

En vista de eso lo empezamos a guiar usando nuestros celulares.

Íbamos bien.

Pero la aventura estaba en ciernes y no quería aflojar, así que por supuesto que se nos tenía que acabar la batería del celular a nosotros también.

Cáspita!

Ahí sí que la habíamos hecho grande, porque no teníamos idea de cómo volver a la casa ni de explicarle a donde queríamos ir. Por suerte y luego de pelear con el cable del conductor tenía logramos cargar un poco mi celular, con lo que pudimos encontrar la ruta volver sanos y salvos a casa.

Vivos para pelear otra batalla.

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